Finales de Diciembre 2014
Llegará un día en que
la publicidad será casi delito. De hecho, es una forma de convencer para que te
gastes un dinero en alguna cosa probablemente superflua.
El coste de la publicidad
está incorporado en el precio final del producto.
No se debe dudar de su
efectividad, y en algunos casos, reconocer el buen hacer de sus profesionales.
Es legal.
Una buena publicidad, en el sentido de efectiva, puede “añadir” valor a un producto. Significa que permite incrementar el precio, la imagen y las ventas.
En cambio, no es ético
crear necesidades cuando afecta a economías domésticas “limitadas” (añadiendo
que esto significa que pueden producirse gastos que estas economías necesitan para
otras cosas más básicas).
Nadie está obligado a
comprar, pero seguramente estaremos de acuerdo que tiene efectos en nuestra
mente, aunque no queramos reconocerlo.
La publicidad dirigida
a menores es un insulto. Nuestros pequeños y jóvenes quieren hacer lo que ven.
No es carencia de personalidad o educación. Esto provoca una brutal presión a
los padres.
Los padres no quieren que sus hijos se vean perjudicados por “tener menos” que sus compañeros, probablemente por qué muchos de los padres actuales lo vivieron en propia carne, i saben que esto afecta la autoestima. También por comodidad, ya que impartir disciplina es más dificultoso y conflictivo.
Los publicistas saben cómo rentabilizar estos detalles y debilidades, y su finalidad es clara.
Hay empresas-publicistas que utilizan personajes famosos o modelos profesionales reconocidos. Es legal, pero es un engaño. Estos profesionales (modelos, actores y famosos) cobran por hacer, decir u opinar sobre las maravillas o ventajas de comprar o usar eso y aquello.
No nos creemos estúpidos y pensamos que
controlamos “la situación”.
Tenemos claro que
conducir aquel coche nos proporciona una imagen de estatus superior. Queremos
que nos consideren personas de éxito. La vanidad es cara. . . y poca gente se
escapa de participar en el “circuito”.
Está clarísimo que
debemos usar desodorante, aunque hace unos años eran minoría los que lo hacían.
Y ahora hay una marca que juega al machismo. . . pero con cierta gracia. Vaya,
que incluso destinamos recursos a una cosa que hace poco no nos preocupaba
mucho o simplemente no entraba en el presupuesto, y además, si escogemos la
marca de los machos, ligaremos sin descanso.
Lo más sorprendente es
la telefonía móvil. En todas las economías domésticas se reserva una partida
del presupuesto, si lo hay. El gasto en comunicaciones es de estudio
psicológico. Y su uso por parte de los menores, un éxito sin precedentes y un
precedente de forma de comunicarse.
Pero estos días, antes
de la festividad de Reyes, los reyes de los anuncios son los perfumes y
colonias. Me sé de memoria el anuncio en italiano, subtitulado, con la señora
rubia de ojos claros. Aquel de la chica de cara bonita que se baña en una copa
de cava. El de la señorita de piernas preocupantemente flacas con sonrisa
mágica de una marca de nombre castellano, que pronuncian en ingles, y parece
que se atraganten, pero oye! … en inglés queda impresionante.
Y aquella colonia para
hombres, que ahora han sacado una colonia para mujeres, y que hace bailar el "skyline" de una ciudad de rascacielos
(seguramente Alcorcón) a ritmo de ecualizador.
Vaya, que ahora ya no
salgo de casa sin mi colonia Massimo Duti, desodorante Multiflower, el champú
anticaspa Pélon que refuerza la raíz del
cabello y lo deja sedoso y brillante, mi super coche, que acabaré de pagar el
2.040, mi I Pone Super 7, la camisa de la lagartija y la alegría de vivir que
me da “Trempis”, reforzante anímico (o sea antidepresivo).
¿Qué envidia verdad?
Por cierto, hay
productos con efecto psicológico curioso. Los que son para regalar.
Si regalas un móvil
barato (de 0 a 150 €, que ya tiene delito…), mejor regalar la colonia cara. Te
gastas mucho menos y “quedas” mejor.
Jp
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