viernes, 9 de enero de 2015

1-COLONIA (castellano) – 3 minutos de lectura

Finales de Diciembre 2014


Llegará un día en que la publicidad será casi delito. De hecho, es una forma de convencer para que te gastes un dinero en alguna cosa probablemente superflua.

El coste de la publicidad está incorporado en el precio final del producto.

No se debe dudar de su efectividad, y en algunos casos, reconocer el buen hacer de sus profesionales.

Es legal.

Una buena publicidad, en el sentido de efectiva, puede “añadir” valor a un producto. Significa que permite incrementar el precio, la imagen y las ventas.

En cambio, no es ético crear necesidades cuando afecta a economías domésticas “limitadas” (añadiendo que esto significa que pueden producirse gastos que estas economías necesitan para otras cosas más básicas).

Nadie está obligado a comprar, pero seguramente estaremos de acuerdo que tiene efectos en nuestra mente, aunque no queramos reconocerlo.

La publicidad dirigida a menores es un insulto. Nuestros pequeños y jóvenes quieren hacer lo que ven. No es carencia de personalidad o educación. Esto provoca una brutal presión a los padres.

Los padres no quieren que sus hijos se vean perjudicados por “tener menos” que sus compañeros,  probablemente por qué muchos de los padres actuales lo vivieron en propia carne, i saben que esto afecta la autoestima. También por comodidad, ya que impartir disciplina es más dificultoso y conflictivo.

Los publicistas saben cómo rentabilizar estos detalles y debilidades, y su finalidad es clara.

Hay empresas-publicistas que utilizan personajes famosos o modelos profesionales reconocidos. Es legal, pero es un engaño. Estos profesionales (modelos, actores y famosos) cobran por hacer, decir u opinar sobre las maravillas o ventajas de comprar o usar eso y aquello.

No nos creemos estúpidos y pensamos que controlamos “la situación”.

Tenemos claro que conducir aquel coche nos proporciona una imagen de estatus superior. Queremos que nos consideren personas de éxito. La vanidad es cara. . . y poca gente se escapa de participar en el “circuito”.

Está clarísimo que debemos usar desodorante, aunque hace unos años eran minoría los que lo hacían. Y ahora hay una marca que juega al machismo. . . pero con cierta gracia. Vaya, que incluso destinamos recursos a una cosa que hace poco no nos preocupaba mucho o simplemente no entraba en el presupuesto, y además, si escogemos la marca de los machos, ligaremos sin descanso.

Lo más sorprendente es la telefonía móvil. En todas las economías domésticas se reserva una partida del presupuesto, si lo hay. El gasto en comunicaciones es de estudio psicológico. Y su uso por parte de los menores, un éxito sin precedentes y un precedente de forma de comunicarse.

Pero estos días, antes de la festividad de Reyes, los reyes de los anuncios son los perfumes y colonias. Me sé de memoria el anuncio en italiano, subtitulado, con la señora rubia de ojos claros. Aquel de la chica de cara bonita que se baña en una copa de cava. El de la señorita de piernas preocupantemente flacas con sonrisa mágica de una marca de nombre castellano, que pronuncian en ingles, y parece que se atraganten, pero oye! … en inglés queda impresionante.
Y aquella colonia para hombres, que ahora han sacado una colonia para mujeres, y que hace bailar el "skyline" de una ciudad de rascacielos (seguramente Alcorcón) a ritmo de ecualizador.

Vaya, que ahora ya no salgo de casa sin mi colonia Massimo Duti, desodorante Multiflower, el champú anticaspa  Pélon que refuerza la raíz del cabello y lo deja sedoso y brillante, mi super coche, que acabaré de pagar el 2.040, mi I Pone Super 7, la camisa de la lagartija y la alegría de vivir que me da “Trempis”, reforzante anímico (o sea antidepresivo).

¿Qué envidia verdad?

Por cierto, hay productos con efecto psicológico curioso. Los que son para regalar.
Si regalas un móvil barato (de 0 a 150 €, que ya tiene delito…), mejor regalar la colonia cara. Te gastas mucho menos y “quedas” mejor.


 
Jp

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