lunes, 8 de septiembre de 2014

MI TROCITO DE CIELO - (dedicado a mis amigas de México. Cancun-Miami)

Primeros días de setiembre de 2014








No llevamos buena vida las mujeres. No es buena.

De pequeñas nos educan para ser princesas. Cuando crecemos un poquitin y ya “pesamos” lo suficiente, las miradas del “prójimo”, para utilizar una similitud bíblica, ya nos desnudan.

Parece parte del entrenamiento para ser mujer. Normalidad hasta ahora. Más adelante tomamos consciencia del poder que eso supone y acabamos pilladas en la trampa del aspecto físico.

Después queremos un príncipe azul. Y no hay, de azul consistente. Son azules al principio (excepto los pitufos), al poco destiñen y finalmente casi pálidos. En la misma medida que nosotras nos sentimos transparentes.

Es entonces cuando las miradas pasionales del prójimo se agradecen. Estamos vivas.

Cuán fácil es manipular a los hombres. Por sencillos, primitivos e inadaptados.

Si. Inadaptados porqué han perdido su papel de “espaldas plateadas”. No saben dónde situarse en el campo de fútbol. Las mujeres ya somos auto-suficientes, o casi.


 

Contado así, parece que sí somos reinas y princesas. Pero no. Siguen latentes las actitudes machistas. En el trabajo, en casa, los hijos y muchos otros aspectos.

En algunos casos de forma sutil. Y muchas veces de forma no voluntaria. No es necesario exagerar.
La cuestión es que en este tiempo que nos ha tocado vivir nos pilla de impasse. Trabajamos, hacemos de madres, de amas de casa, y lo que haga falta.

Hemos puesto de moda que sabemos hacer más de una cosa a la vez, comparado con la inutilidad de los hombres, que casi no saben hacer una de medio bien.

Y nos creemos más listas, fuertes e inteligentes. Más preparadas, seguro. Y en cambio, los lugares de trabajo relevantes, aún en gran medida, están en manos masculinas.
Ha cambiado un poco, pero queda mucho camino. Sabe mal ver que esta evolución, de la participación de la mujer en lugares importantes, viene tanto del nivel de preparación como del hecho que son “mujeres de …, amigas de…, hijas de… viudas de… o amantes de …”

Porqué estadísticamente, las mujeres vivimos más años. Y eso a la larga, es una ventaja.

Queremos hacerlo todo. Nos sentimos “cargadas” cuando no nos sentimos apreciadas, valoradas y queridas. Y notamos esa falta de colaboración en casa.


Podemos decir que hay escasas excepciones, i eso aún tiene más valor. Pero no por eso más perdonable.
Supongo que esto viene del papel de nuestros padres y abuelos.



Los cambios de conducta son lentos entre generaciones (los importantes).

También nos hace falta adaptación a las nuevas situaciones. No pensemos que somos tan y tan listas. Esta actitud de “patada hacia adelante” presume mucho, pero no nos soluciona los verdaderos problemas. Poco a poco. Tampoco es sencilla nuestra “re-colocación”.

Nos ha tocado vivir en una época. A todos les toca. Para las mujeres no es la peor. Especialmente en Catalunya, que ha valorado siempre el papel de la mujer, mucho mejor que otros lugares.
Somos reliquia, en Catalunya, conservando nuestro apellido, incluso casadas. Y debemos transformar esta reliquia en moda. Se debe extrapolar a todos los lugares posibles. Es justo.

Lo de los primeros apellidos en los hijos, más complicado. Quiero decir poner primero el apellido de la madre. Es tema a discutir, por tema histórico y de tradición, etc., que siempre nos acaba afectando.

¿Somos esclavas de estar estupendas?. ¿Somos esclavas de ser súper-competentes?. ¿Somos esclavas de llevar la iniciativa y cuidar a la familia?. ¿Somos esclavas por tener el deber de cuidar a padres o abuelos?.

Debemos tomar un respiro. Parar a meditar. El tiempo pasa. Y cada día es un regalo. Debemos abrir el paquete a primera hora. Porqué si es bueno, y por falta de tiempo lo abrimos al final del día, no lo podremos disfrutar.

Algunas noches, y sobre todo ahora que hace calor, he descubierto mi trocito de cielo. Des de la terraza me tumbo mirando al cielo. Como la terraza queda “como encajada” por las paredes de dos casas, me hace pensar que todo lo que veo, como si se pudiera extrapolar “la parcela” de la terraza, hacia arriba, es mío.

Es un mundo, un universo. Y es mío. Totalmente mío. Durante estos pequeños ratitos. Agradables, relajantes, íntimos. Que no me apetece pensar mucho, sino admirar. Admirar esas estrellas lejanas. Aire. Distancia. Desconocido. Paz.
Y desde la terraza hasta el infinito es todo mío. Si en el más allá invisible me cruza una nave de otro mundo, también ha pasado por casa. Mi casa. Mi trocito de cielo.

Mujeres al poder.


Un machote.

2 comentarios:

  1. En català no firma un "machote"??? En català dones gràcies a la Fefa i en castellà no??? És potser perquè ho dediques a les tevés amigues Mexicanes??? Un "machote" amic teu que es pregunta el perquè d'aquests canvis,,,,,,

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  2. Hola machote. Tinc textes amb variacions quan estan en diferents idiomes. Algún, per exemple, suavitzat, depenent del blog (en tinc un de "dur" = > 18.)

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