miércoles, 9 de julio de 2014

EL KORR – Castellano - spanish


(Escrito en el Chiringuito Elektra el 6-7-2014).


Aquellos nervios ya habituales desde el cambio de trabajo. Demasiado agobio. Viajes, reuniones, hipoteca, el nene inesperado, las tetas de Julia, las tensiones de final de mes.

Aquellas cosquillas i pinchazos en el estómago, ya al levantarme. La aceleración de las pulsaciones con la primera calada. Qué bien sienta un cigarrito de buena mañana. El tabaco es como un amigo que no te abandona. . .

Un poco de mareo con el primer cigarrito. Aunque no siempre.

Y esta semana tocaba Varsovia, Praga y Kiev.

Con el tiempo ya me empezaban a incomodar aquellas salidas aceleradas, milimetradas, objetivizadas, reportadas y paseadas en clase turista, desde el segundo año de Crisis.

Iba a compensarlo al final del viaje. Me había guardado 2,6 horas en Kiev. Quedaria con A.Sukova. Era la ventaja de este tipo de trabajo. Permitía un alto grado de discreción.

Oí hablar de un E.R.E., pero a la gente como yo no le afectaban esas cosas. Y supongo que seguiría así, verdad? Cosas de los comerciales. . . Aunque despidieron a Alfonso. Quin lo iba a decir. Entró a la empresa cuando Yo.

Yo tenía 42 fantásticos añitos. Mi vida parecía encarrilada. A nivel laboral-económico, la situación en Europa podría estar mejor. Mi jefe, me había endosado unos objetivos para este año, que sólo servirían para la foto, para nada más. Y venga presión!!


Después del encontronazo con Julia por el tema de las tetas y el dinero, nuestra relación había cambiado, y ahora, estar en casa no era el relax deseado. No sé si mis ausencias laborales o las tensiones dinerarias iban dejando mella. Confiaba en que no fuera otra cosa peor.

La hipoteca me estaba costando 2.000 € cada mes. Eso sí, era la envidia de las amigas de Julia. Todo muy moderno, piscina, cocina de diseño y muchísimos detalles que nunca utilizaríamos, pero sí que íbamos a enseñar.


Vacaciones por todo lo alto. Pagando al contado ó a crédito.

Las amigas de Julia, con un par de agradecidas excepciones, me caían francamente mal. Seguramente habían sido las pijas, o populares, como ahora se las llama, de clase.


Pero fue Julia, con esos ojos de pantera, brillantes. Aquella melena voluminosa y rizada. Aquella alegría vital, que me derrotó sin opción. Qué nivel . . . Ella sí que ha vivido como planificó.


Yo aún estaba pensando qué hacer con mi vida. Hijos, sí.  Trabajar, sí. Pero yo me refería a si estaba pasando por esta vida para alguna cosa más, o si simplemente podría aprovechar esta oportunidad para algo que me satisficiera y valiera la pena.


Después de una juventud fácil, vivida sin contemplaciones y sin privaciones de ningún tipo. Mis padres no me privaron de nada. Las privaciones eran ficción.


Mi padre era un ingeniero con un cargo de alto nivel en una multinacional alemana, y mi madre era abogada. Y buena. No me pudieron dedicar demasiado tiempo y “nani” me hizo más de madre que la verdadera.


Buenas escuelas. Estadas en EEUU y Canadá.

Experimenté con todo lo que se me pasaba por delante o me apeteciera. Primero unos porritos, después, alguna pastillita. Condimentado con las amigas predispuestas. Buen coktail. Buenas juergas, buenas fiestas tropicales. Qué recuerdos. . . O mejor decir, vaya olvidos . . . A partir de cierta hora costaba concentrarse . . .


La coca, las empalmadas, Ibiza mon amour, los baños por la noche en Sitges con el grupo de Mamen (una “ex” que recuerdo como una serie en capítulos. No sé que hacía, pero no perdía el hilo). Fue la época más perversa y desenfrenada.


Alguna costumbre aún la conservo. La energía que no falte. . .

Y ahora, quien lo iba a decir, casado, con hijos, trabajando. . .


Y esas cosquillas. . . Sólo marchaban después de un buen wiskito o un buena “toma”, como Dios manda.


En cambio, los médicos me habían aconsejado dejar de fumar, de beber y tomarme la vida de otra manera. Especialmente después del ataque de ansiedad y la arritmia consecuente.


Pero en dos días, en forma. I vuelta a la normalidad, que no ha sido nada . . .


Me estaba despertando de una pesadilla. No reconocía donde estaba. Cosas que pasan cuando viajas tanto. Me debía haber dormido en algún aeropuerto. Me estaba viendo en el suelo, en un pasillo, gente a mí alrededor mirando. Alguien gritaba pidiendo un médico, en un idioma desconocido pero que entendía perfectamente. Y yo me veía como si estuviera mirándome a mí mismo.


Estaba flipando?  Esas drogas . . Vaya vida. Debería enderezar mi vida y cambiar de hábitos. Esto me estaba sobrepasando.


Vaya dolor en el pecho . . .


J.

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