Pasamos por la vida y no sabemos
por qué. Alguno o alguna tienen suerte de hacer algo considerado importante por
los demás e incluso realizadora para uno mismo. Debe de ser el mayor grado de
"pasar dignamente por este mundo".
Pero sabemos lo que queremos? Es
más, ¿sabemos los que nos gusta de verdad? ¿No estamos demasiado condicionados
por la educación de obediencia que recibimos?
Hay quien dice que nos educan
para tener y no a ser. De hecho, esto es normal, porque se trata de que ganes
un dinero y lo gastes, que eso es lo que hace mover el mundo.
Además, a partir de un cierto
momento, hay quien sólo sabe valorar que tiene más que los demás, y esto lo
hace sentir bien, supuestamente.
Sabéis que os digo? chorradas. Ni
sabemos que venimos a hacer ni hacemos lo que nos hace sentir bien (hay célebres
excepciones). Hacemos lo que nuestro cerebro nos aconseja. Este cerebro
entrenado para ciertas cosas. Más bien no hacemos lo que la parte más primitiva
querría hacer y que el entrenado cerebro no nos permite.
Querer salir de este círculo es
peligroso, o eso es lo que nos avisa nuestro cerebro, supone pasar a lo
desconocido, y todos sabemos que lo que no se conoce da miedo.
Siempre me estoy refiriendo a
quien puede elegir, evidentemente. Quien no puede elegir busca la supervivencia
o la mejor vivencia. Quien vive en un entorno de guerra o miseria quiere comer
y sobrevivir.
Pero los que tenemos la suerte de
vivir en un entorno protector y con cierta y pretendida libertad, hacemos lo
que libremente quisiéramos hacer?
No nos "cargaríamos"
aquella o aquel que consideramos un perjuicio común? Aquel fascista o asesino
que tiene muchas injusticias y muertes a sus espaldas? La amiga del vecino no
se "tiraría" al mejor amigo de su novio si tuviera la certeza de que
no se sabría y que no modificaría los planes del momento?
Hay pensamientos que todos o
muchos han tenido (yo no tengo según qué pensamientos. Sois vosotros los
perversos y pervertidos). Qué harías si te tocaran 10 millones de € a la
lotería XXX (y no es una lotería pervertida, ok?) Dejar el trabajo? Para qué,
si realmente no estás seguro de que harías, y tardaríamos en descubrir que sin
obligaciones por hacer se crea un mal estar difícil de solucionar. El poder que
da el dinero seguramente te haría pensar que no vas a aguantar nada de lo que
le molesta ahora y que por circunstancias no admites que son una porquería.
Porque somos adaptables y menos
inteligentes de lo que creemos. Y parece ser que la adaptabilidad es un factor
de inteligencia. Inteligencia a veces no consciente, y por tanto no sé si es lógico
que la podamos considerar factor de inteligencia o mérito?
Lo que el cerebro quiere por sí
mismo, sin preguntar a la parte consciente, es como sobrellevar nuestras
miserables vidas egocéntricas (por suerte) y pretende crear una sensación de
coherencia y pretendido bienestar.
La parte consciente es más
práctica. Atendiendo a la realidad del día a día. Debe luchar sobre el propio
cerebro y el entorno humano. Debe comer, trabajar y convivir. Debe gestionar
todas las opciones conscientes.
La educación no debería consistir
en acumular conocimientos, para eso ya están los ordenadores. La educación
debería entrenar nuestro cerebro para utilizar y desarrollar conocimientos que
nos ayudaran a mejorar, a hacernos sentir mejor. A hacernos conocer mejor. A hacernos
descubrir qué es lo que queremos y que nos hace sentir bien, a nivel personal
ya nivel colectivo, tanto referido a humanos como a la relación con el resto de
lo existente.
Formamos un todo en el mundo
consciente. No deberíamos depreciar al que no conocemos o lo que podemos
dominar. Esto nos lleva a la ruina personal y co- lectiva.
La Inteligencia es el imprevisto
más poderoso y peligroso que nunca veremos. Aprendamos a usarlo.
Ah! y sed conscientes de que no
hacéis lo que os gustaría, si pudierais. Sois unos cohibidos, pervertidas (no
es error la expresión femenina) y gente brutalmente simples.
La mala educación (el mal enfoque
de la inteligencia) hace que las contradicciones mentales produzcan conflictos,
guerras, malestar, destrucción, enfermedades, crímenes, desprecio, envidia y a
la larga la autodestrucción.
No pierdas el tiempo, que el
mundo se acaba, y tu maravillosa vida también. (¿suena a sarcasmo?).
Anónimo desconocido.
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