UNA DE AMOR

Cada vez que intento hablar con él tiene el móvil apagado o simplemente sin cobertura. Esta vez no era para enviarlo a la mierda, quería disculparme, ¡pues me pasé tres pueblos! Pobre, debe pensar que estoy “para allá”, un día me ve encantadora y al siguiente no hay quien me aguante. Lo que nadie sabe, ya que de eso me encargo yo bien, es que “algo” me consume, perdí al amor de mi vida y creo que nadie podrá ocupar nunca su lugar, aunque lo intento, ¡Dios sabe que lo intento!. Quiero estar con alguien que me quiera, y yo a él, o a ella, ¡qué mas da!, pero siempre acabo las relaciones con una ruptura apocalíptica, tampoco lo entiendo, si no hay un gran amor, ni una gran pasión, ni grandes expectativas... ¿por qué las rupturas son siempre tan tremendas? ¡Creo que escojo mal! O simplemente me meto por meterme... pero la persona no debe ser la adecuada... ¡seguro!, ¿o sí?, ¡qué se yo! La verdad es que sin querer hacer daño ya llevo tres, y todas desastrosas, dramáticas. Eso de que los hombres no lloran, ¿el sexo fuerte? “No seas maricomplejines” le dije al último mientras me mojaba la manga de la camisa, cuando intentaba calmarlo... “no ves que no hay para tanto... ni soy Venus, la Diosa del amor ni la Mujer Maravilla” ¿que no ves que te hago un favor?... pero nada. “Que si me has destrozado la vida, que ¿qué voy a hacer ahora?, ¡pues lo de siempre!, levantarte, ir a trabajar... y pasarte las tardes viendo TV5, ¿qué si no?.

Era una tórrida mañana de verano. Me levanté sobresaltada y fuí a verle, descalza y casi sin abrir los ojos. ¡no respiraba! llevaba varios dias “pocho” y su corazón no había aguantado.

Mi madre estuvo a mi lado durante todo el día. Me dejó llorar hasta que las lágrimas se terminaron, (desde entonces no he vuelto a llorar). Me trajo la caja de sus mejores zapatos, una caja preciosa. Lo enterramos en el jardín.

Yo sólo tenía cinco años y me estaba despidiendo de Pedrito ¡el amor de mi vida! Un hàmster precioso, bicolor, con quien había compartido los dos últimos años.

anónima